martes, 13 de noviembre de 2012

DIETAS




Hasta el momento, no hay pócimas mágicas, medicamentos, trucos, ampolletas, masajes o alimentos que nos hagan bajar de peso de forma automática. Como todos los esfuerzos en la vida, el querer bajar de peso implica tiempo, constancia y una gran fuerza de voluntad.
En un paciente sano, la pérdida de peso se debe a un balance de energía, el cual, es un equilibrio entre la energía consumida por medio de los alimentos y lo que gastamos en nuestra actividad diaria como pensar, escribir, caminar, jugar, correr, brincar o simplemente la energía que necesita nuestro organismo para poder sobrevivir y darle la “gasolina” a nuestros órganos vitales como evitar que deje de latir el corazón.
En casos de alteraciones hormonales como el hipotiroidismo, se reducirá el metabolismo, esto es, la velocidad en la que funciona todo tu cuerpo permitiendo guardar más energía en forma de calorías de las que puedes gastar. Como estas alteraciones o padecimientos, existen otras más que puedan afectar la velocidad en la que puedes disminuir el peso corporal.
También, es importante que sepas que el tejido adiposo que es el lugar en donde se guarda la grasa, se ha descubierto que también es una glándula la cual segrega hormonas que actúan en el Sistema Nervioso y pueden alterar los centros del apetito o la saciedad. En algunas personas aunque estén conscientes y lleven a cabo de manera exacta y precisa un régimen alimentario siguiendo todas y cada una de las pautas mencionadas por la Nutrióloga, el organismo no responderá a los cambios de alimentación por lo que en estos casos será necesario consultar al médico, quien te indicará un tratamiento farmacológico adecuado a cada paciente que conjuntamente con la alimentación y actividad física permitirá bajar de peso de manera regular.
Existen infinidad de dietas en la actualidad, son tan variadas como a la población que van dirigidas y cabe resaltar que no todas las dietas son para todas las personas.


Lo que nunca se debe de hacer para perder peso es utilizar productos como (diuréticos, laxantes, medicamentos) ya que estos perjudican la salud. Los laxantes pueden provocar como efecto secundario diarreas, deshidratación y mala absorción de nutrimentos. Los diuréticos pueden provocar deshidratación, pérdida de electrolitos y daño renal. Por último los medicamentos como las anfetaminas o los inhibidores del apetito pueden producir irritabilidad, nerviosismo, taquicardia, visión borrosa y algunos pueden crear dependencia. También dentro de este rubro, podemos encontrar medicamentos que inhiben la absorción de grasas, provoca un goteo anal de la grasa.Tenemos que acostumbrarnos a cuidar nuestra alimentación a base de constancia, no pretender conseguir las cosas que no hemos hecho en años en dos meses.

No hay una dieta mágica o milagrosa. Cuando se deja de comer el cuerpo pone en marcha mecanismos para mantener el peso. Comer es uno de los instintos primarios del ser humano. El cuerpo se defiende, no quiere perder peso.De alguna manera uno no puede tener el peso que quiere, lo puede ajustar con un cambio de hábitos y un incremento en la actividad física, no necesariamente yendo al gimnasio sino caminando dos veces al día. Hay que tener en cuenta que hay una base genética importante que determina nuestro peso. Para muchas personas delgadas es más difícil ganar peso que para un obeso perderlo.La teoría sobre las dietas la conocemos, la cuestión es llevarla a la práctica. Una dieta no sólo es dejar de comer sino comer bien, cumplir con todas las comidas del día, no dejar huecos para que no haya un efecto rebote. Lamentablemente en el mercado nos encontramos ofertas que no son realistas, que nos ofrecen adelgazar en uno o dos meses. Hay que asumir que es un proceso a largo plazo.


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