Las
bebidas isotónicas —también
llamadas bebidas deportivas
o bebidas rehidratantes—
son aquellas bebidas que en su composición contienen distintos
azúcares y sales minerales capaces de ayudar a reponer rápidamente
el agua y las diferentes sustancias que se pierden con la sudoración
producida al practicar deporte.
Las
bebidas isotónicas tienen una composición básica formado
por agua; hidratos de carbono complejos como pueden ser los polímeros
de glucosa o las maltodextrinas; simple como la fructosa, la glucosa,
la sacarosa o la dextrosa; y sales minerales diversas como el cloro,
el potasio, el sodio o el fósforo.
A su vez, estas bebidas rehidratantes también pueden incorporar a si
composición ácido cítrico, calcio, aromatizantes, edulcorantes,
vitaminas y otros componentes.Hablando
de forma resumida, una bebida isotónica no es más que agua
con azúcar y algunos electrolitos,
pero con un precio casi siempre muy elevado.
Tampoco
es nada malo que de vez en cuando o si hemos hecho un entrenamiento
largo donde hemos perdido mucho líquido, utilicemos este tipo de
bebidas para hidratarnos.
Sin embargo, tomar estas bebidas como la base de nuestra hidratación
es un error. Además, podemos hacer nuestra propia bebida isotonica.
Pasteleo
entre ciencia e industria
En
un artículo complementario, la jefa de investigación del British
Medical Journal,
Deborah
Cohen, detalla el pasteleo entre la industria y un grupo de
científicos, encargados de ser un altavoz de estas supuestas
bondades de las bebidas deportivas desde el pedestal de la ciencia.
Cohen señala estudios científicos financiados por Gatorade,
Powerade y Lucozade, realizados por científicos muchas veces a
sueldo de estas empresas y publicados en revistas también
financiadas en ocasiones por las mismas compañías.
La
revista Medicine
and Science in Sports and Exercise, del Colegio de Medicina
Deportiva de EEUU, por ejemplo, está financiada desde hace años por
Gatorade y Powerade. Otras revistas, como el British
Journal of Sports Medicine (del
mismo grupo que publica hoy la macroinvestigación), Nutrition,
European
Journal of Applied Physiology y
el Journal
of Sports Sciences tienen
en su consejo editorial a científicos pagados por PepsiCo, Coca-Cola
o GlaxoSmithKline.
Durante
décadas, este entramado pseudocientífico ha fijado en el imaginario
colectivo que los deportistas de cualquier nivel deben consumir
bebidas isotónicas para rendir más. Y cuanto más, mejor.
“Tu cerebro puede saber mucho, pero no sabe cuándo tu cuerpo
tiene sed. Tienes que beber durante el ejercicio antes de sentir
sed para disponer de suficiente líquido en tu cuerpo y mantener tu
nivel de rendimiento”, dice Gatorade en una de sus páginas web. No
hay evidencias científicas que apoyen esta obsesión por la
hidratación.
“Estos
mensajes engañosos se filtran todos los días a manos de
científicos patrocinados por las empresas, que a su vez
asesoran a los organismos deportivos de alto nivel”, explica Cohen.
“Por ejemplo, el miedo a los peligros de la deshidratación se ha
convertido en el evangelio y ahora influye en lo que bebemos cuando
hacemos ejercicio. Es un triunfo del marketing
sobre la ciencia”, resume.
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