viernes, 14 de diciembre de 2012

El Metabolismo en el Deporte.

Las personas se valen de los procesos metabólicos para crecer y organizarse internamente. Esta es una de las manifestaciones visibles de la vida.Consiste en dos tipos básicos de fases interdependientes, la fase en la que se libera energía y la fase en la que se captura energía. La fase que consiste en la desintegración de compuestos orgánicos complejos para liberar energía se denomina catabolismo, en tanto que la fase que consiste en la formación de compuestos orgánicos a partir de compuestos simples para almacenar energía se llama anabolismo.




  • Los carbohidratos constituyen la fuente primaria de energía de todos los seres vivientes.

  • Los lípidos son la fuente secundaria de energía, los cuales podrían ser usados cuando la fuente primaria se agotara o independientemente del agotamiento de la fuente primaria de energía. 

  • Las proteínas constituirían la última fuente de energía a la cual las células recurrirían, pues la mayoría de las proteínas sirven para regular procesos y para formar estructuras. Cuando un organismo se ve obligado a echar mano de sus proteínas ocurre lo que se llama desnutrición.



Dentro del deporte los ejercicios con pesas se deben incluir como parte del programa para preservar el tejido muscular, de esta manera una mayor proporción del peso perdido será grasa. 

Añadir un tipo de ejercicio aeróbico ayudará de forma notable a quemar calorías y contrarrestará la pérdida de músculo. Pero esto no significa que hay que depender por completo del ejercicio aeróbico.El metabolismo basal es la energía mínima que cuerpo necesita para estar vivo y supone la mayor parte del gasto, pues el 70% de las calorías que ingerimos están destinadas a mantener estas funciones básicas. Un 10% se ocupa en la termogénesis de los alimentos, que es la absorción, digestión y utilización de los mismos. Sólo un 20% de la energía aportada por la comida se quema en actividades diarias como caminar.

La velocidad del metabolismo está directamente relacionada con la masa magra de las personas. Ésta se compone de tejidos no grasos como los huesos, la sangre los músculos, y necesita de mucha mayor energía para funcionar que la masa grasa. 

Los músculos corresponden al 60% de masa magra y cuanto más músculo hay, más calorías se queman. Esta es la razón principal por la que mucha gente gana peso con la edad, ya que a partir de la madurez hay una tendencia natural a perder masa muscular. De esta forma, disminuye el tamaño de los músculos y, como consecuencia, el metabolismo se va haciendo más lento poco a poco. 

Los cambios comienzan a notarse a partir de los 30 años, por factores de tipo hormonal, y se hacen más evidentes a partir de los 50. Son cambios lentos, pero afortunadamente se pueden revertir o al menos ralentizar con la actividad física adecuada.



METABOLISMO ANAERÓBICO

 Este tipo de metabolismo utiliza los carbohidratos en forma de glucosa y de glucógeno para producir energía de inmediato.

En otras palabras, genera energía, con más rapidez que el propio sistema cardiovascular, para desarrollar actividades potentes y de corta duración. Se trata, pues, del metabolismo dominante cuando se entrena con pesas.

Como acabo de comentar, el cuerpo extrae la energía de los alimentos ingeridos. Los carbohidratos se almacenan en el torrente sanguíneo y en los músculos en forma de glucosa y de glucógeno.
Para aumentar la fuerza muscular, hay que incrementar paulatinamente el peso que se levanta, mientras que, para desarrollar la resistencia, debéis subir el número de veces (o de repeticiones) que un músculo debe ejecutar una acción.Es el motivo por el que se considera que el entrenamiento con pesas es tan favorable como las sesiones de cardio.
Una de las sustancias derivadas del proceso anaeróbico es el ácido láctico, un producto residual que produce esa quemazón que el culturista desea alcanzar durante el entrenamiento. Es un signo de agotamiento muscular.

El organismo necesita más oxígeno para descomponer el ácido láctico, motivo por el que lucháis por respirar para corregir el déficit de oxigeno que experimentáis al superar el umbral anaeróbico.

La resistencia muscular depende de las reservas de glucosa y de glucógeno del organismo. Una manera de aumentar la resistencia consiste en incrementar el aporte de carbohidratos (pero sin extralimitarse, porque, si no, la cantidad sobrante se transformará en grasa corporal).




METABOLISMO AERÓBICO

se trata de un tipo de metabolismo, mediante el cual el organismo descompone o quema el combustible almacenado para crear energía. De hecho, como se ha comentado, es el proceso metabólico (con oxígeno) al que recurre el organismo para desarrollar una actividad prolongada.

El cuerpo extrae la energía de los alimentos que coméis (que se almacenan en forma de grasa). El aparato circulatorio, que Incluye las venas, las arterias y el torrente sanguíneo, entre otros órganos, transporta el oxígeno a las células de todo el cuerpo, donde los nutrientes almacenados se transforman en energía.

Los alimentos son el combustible y el oxígeno, la chispa que los convierte en energía. Cuanta más utilicéis, más oxígeno necesitaréis liberar. Este proceso que utiliza el oxígeno para generar energía se denomina metabolismo aeróbico.

Cabe indicar que, mejorar la capacidad del organismo para procesar y transportar el oxígeno puede aumentar la resistencia, y no sólo en el deporte, sino en cualquier actividad. Para ello, debéis fortalecer el corazón.
El ejercicio aeróbico impone exigencias cada vez mayores al corazón, fortaleciéndolo y dotándolo de una mayor eficacia. Estas actividades (entre las que se encuentran la cinta de andar, el simulador de escaleras o la bicicleta estática) implican un movimiento continuado de los grupos musculares de mayor tamaño y un esfuerzo constante y sustancial del corazón.

Las sesiones deben ser lo bastante duras como para que el ritmo cardiaco alcance entre el 60% y el 80% de su capacidad máxima, y mantenerlo entre 18 y 30 minutos por lo menos. Como ya he insinuado, para obtener los máximos beneficios, debéis trabajar dentro de esa franja de seguridad entre 18 y 30 minutos como mínimo. El número de sesiones semanales también está supeditado a vuestros objetivos. 

Por ejemplo, una persona cuya meta sea la de perder grasa y tonificar los músculos o ganar masa muscular deberá realizar tres sesiones a la semana (en días distintos de los de los entrenamientos con pesos). Una persona joven, delgada, a la que no le preocupe el acondicionamiento cardiovascular y cuyo propósito principal sea el desarrollo muscular tendrá bastante con una sesión a la semana. 



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