Una
de las imágenes más típicas del verano son los muchos turistas y
veraneantes que llenan las terrazas y tascas de las ciudades para
disfrutar de las tradicionales tapas acompañadas de una cerveza bien
fría.
Para
muchas de Nosotras el verano es sinónimo de vacaciones, sol, playa,
tiempo libre y disfrutar de la compañía de familiares y amigos
sentados en una terraza disfrutando de una buena cerveza y un par de
tapas. En definitiva, vacaciones es sinónimo de
disfrutar de la vida.
Está
más que comprobado que durante los meses de verano, y a pesar de la
crisis, el consumo de tapas, picoteo, cervezas y refrescos
aumenta espectacularmente.
Esta
costumbre que tanto disfrutamos está muy lejos de ser considerada
sana y de un modo descontrolado puede causar serios
daños a nuestro organismo.
En la mayoría de los casos estas comidas suelen contener muchas
calorías, un alto nivel de colesterol y un bajo valor nutricional.
Además,
durante el verano tendemos a comer menos cantidad de comida porque el
calor hace que perdamos parte del apetitito, pero también comemos a
deshoras causando un serio desajuste
en nuestro estómago.
Para
reducir los efectos nocivos del picoteo estival sin tener que
renunciar a este placer, es recomendable ingerir
mucha fruta y verdura fresca
que nos ayude en nuestra digestión; así como mantener un equilibrio
perfecto entre alimentación y actividad física.
De
esta manera, es recomendable aprovechar esos días libres para
realizar algún ejercicio físico como
natación, surf, piragüismo,
o disfrutar de largos paseos a pie o en bicicleta. Eso sí, evitando
las horas de mayor exposición al sol.
Es
altamente aconsejable combinar el consumo de cerveza con cerveza sin
alcohol o tés helados y zumos; evitar un elevado consumo de helados
y bollería; beber mucha agua
sin
gas y dar prioridad a tapas a base de ensaladas, mariscos y pescados
sin exceso de salsas.
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